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Lo que hacen los niños
Christian Echeverría    Sádado 1 de septiembre de 2012.


 

Ejército y PNC desalojan violentamente a 223 familias y 250 niños en vía pública del Asentamiento ¨Jacobo Árbenz Guzmán¨ por orden judicial, quemando sus pertenencias. PDH-2011: Déficit habitacional: 1 millón 600 mil viviendas, 7 millones de guatemaltecos/as afectados, 350 mil sin vivienda digna en la ¨línea¨. Ley de Vivienda no asigna presupuesto específico, Consejo Nacional de Vivienda presidido por vicepresidenta Baldetti. Centro de Análisis Forense y Ciencias Aplicadas (CAFCA): del total de víctimas femeninas investigadas por ellos durante la Guerra: 40%, niñas entre 0-12 años. 


Re-significar la cultura, implica desmantelar de ella la re-victimización y poner al sujeto de pie.


La evolución de la cultura en las sociedades industrializadas durante la modernidad fue notable (independientemente del incalculable, y tal vez irreparable daño que esta le ha propinado a la humanidad).


Colectivos sociales como las mujeres y los niños se vieron beneficiados, con su reconocimiento como sujetos de derechos políticos y sociales. En cuanto a la historia del derecho de protección de la niñez, se sabe que este, en el contexto de desarrollo paradójico de la modernidad; evolucionó desde un enfoque de situación irregular, que entre otras cosas le concebía como sujeto de tutela por parte del Estado, y le otorgaba gran discrecionalidad al juez sobre la suerte de su existencia, teniendo como medida casi exclusiva la intervención e institucionalización arbitrarias, que criminalizaban su pobreza. Más adelante, la niñez encuentra su sitio como sujeta de derechos. 


Lejos queda ya aquel 26 de diciembre de 1924, cuando la Asociación Internacional de Protección de la Infancia, por iniciativa de la británica Eglantyne Jebb, propone (para el mundo industrializado moderno, no para la periferia colonial), reconocer a la niñez como sujeta de protección, que la Sociedad de las Naciones acoge y promulga desde su ceno en su Quinta Asamblea, produciendo la Declaración de Ginebra. Este hecho histórico generado desde el occidente ¨invencible central¨, fue la antesala para el 20 de noviembre de 1959, cuando desde el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, se propone la Declaración de los Derechos del Niño, la cual es aprobada en el pleno de la Asamblea General aquel año, también histórico, no sin antes pasar por el 10 de octubre de 1948, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas proclama la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sobre la base del reconocimiento del valor intrínseco de la persona.

  

En 1989, finalmente el mundo ve plena y formalmente reconocida a la niñez como sujeta de derechos fundamentales, así como de derechos sociales y culturales.


La Convención que Guatemala firma en 1990 durante el gobierno de Cerezo, en medio de una cuasi democracia militarizada, estipula entre otros los principios sociopolíticos de la protección integral y del interés superior del niño, el cual establece que todo Estado miembro de dicha Convención, debe tomar todas las medidas administrativas, políticas, jurídicas e institucionales, privilegiando a los más jóvenes por encima de otros actores. Años más tarde, sin que el país abandone el semi-feudalismo super-estructural, la Corte de Constitucionalidad pone el antecedente de que la igualdad ante la ley, se asegura en materia de Derechos del Niño, justamente mediante su protección especial como sujeto naturalmente ¨débil¨, ante la envestida de los conservadores. En 2003, nacía en el Congreso presidido por Ríos Montt, la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia, que creaba la institucionalidad bajo el nuevo enfoque de protección integral.


Pero, a decir de autoras como MacAllister, la modernidad en Guatemala fue mediada en gran parte por la Guerra Fría. La hegemonía de elites criollas y mestizas cercanas a esa ¨maquina antipolítica¨ como le llama ella, al mercado internacional (del café, del azúcar o el banano), nunca hasta hoy; ha permitido el desarrollo de tal modernidad socioeconómica, cultural y sociopolítica. De ello, el racismo colonial, ha producido que el 50% de la niñez entre 0 y 5 años de edad esté desnutrida crónicamente o que del total de víctimas femeninas investigadas por el  Centro de Análisis Forense y Ciencias Aplicadas (CAFCA) durante la Guerra, el 40% sean niñas entre 0-12 años.


El racismo colonial produjo lugares como el Asentamiento ¨Jacobo Árbenz Guzmán¨, y que el ejército les saque a patadas de ahí, así como que haya masacrado niños y niñas indígenas ya que eran y son su enemigo oficial interno.


Es verdad que la niñez guatemalteca es víctima. Sin embrago, ante la necesidad histórica de continuar las resistencias a las injusticias estructurales, porque como lo sugiere el título del libro de la SEPAZ del 2011, son infinitas, para transformar un Estado y una sociedad que lo requiere; hay que re-significar toda una cultura.

El discurso sociopolítico de la protección de los Derechos del Niño, fue un avance en su momento, articulado desde centros de pensamiento progresista de países industrializados, que conllevó a su institucionalización nacional. Sin embargo, es necesario que en el contexto histórico guatemalteco (el cual es imperativo conocer para ejercer abogacía sobre cualquier conjunto de derechos humanos), este sea re-significado, evitando la re-victimización de los niños-as ante un Estado patriarcal-contrainsurgente, reforzando imaginarios sociales de una niñez pasiva ante su vulneración. Por eso es bueno hacer memoria y recordar a los niños-as kaqchikeles de San Martín Jilotepeque y sus aldeas, que huían con sus familias a las montañas para evitar la muerte a manos del ejército, eran parte de una organización comunitaria que sobrevivía al hambre, el frió, la humedad y al asedio genocida, como actos de resistencia vivas.

Los niños-as también resisten, se dan cuenta de todo y son sujetos políticos (en el sentido de la acción social consciente), sus padres y madres los bautizan en carpas de huelgas de hambre frente al Congreso por una vivienda digna, como la nieta de Margarita Valenzuela, quien se llama Leyla en honor a la Ley de Vivienda que le arrebataron a los poderosos. Los adolescentes proponen la educación de miles, ante un MINEDUC que especula con su futuro. Es verdad que son víctimas, pero también son rebeldes, se resisten a morir. Hay que mirar la historia y ver que el Estado racista emprendió el exterminio de los indígenas mayas, como decía Feierstein; justo por lo que hacían, no por lo que no hacían. Debemos mirar; a lo que hacen los niños.    


Artículo publicado anteriormente en la Revista PúblicoGT:

http://publicogt.com/2012/09/01/lo-que-hacen-los-ninos/


Foto de: Despierta Guatemala.


FUENTES PARA EL ARTÍCULO:

·         España, Maríajosé (15 de marzo de 2012). Pobladores de línea piden cesar desalojos.  S21. Consultada el 29 de agosto, desde: http://m.s21.com.gt/nacionales/2012/03/15/pobladores-linea-piden-cesar-desalojos

·         (Agosto 2012). Buscan desalojar a 200 familias de asentamiento Jacobo Árbenz. Prensa Libre. Consultada el 29 de agosto de 2012, desde: http://www.prensalibre.com/noticias/comunitario/Desalojaran-familias-asentamiento-Jacobo-Arbenz_0_754724703.html

·         Álvarez Morales, Carlos Manoel (18 de noviembre 2012). PDH llama a aprobar leyes a favor de la vivienda y la juventud. S21. Consultada el 29 de agosto, desde: http://www.s21.com.gt/nacionales/2011/11/18/pdh-llama-aprobar-leyes-favor-vivienda-juventud

·         Jiménez García, Joel Francisco (2000). Derechos de los niños. Cámara de Diputado, LVIII Legislatura, UNAM.       

·         Menchú, Sofía. Buscan aprobación de reglamento para ley de vivienda. elperiódico. Consultada el 29 de agosto, desde: http://elperiodico.com.gt/es/20120304/pais/208977/

·         Solórzano, Justo (2004). Los derechos humanos de la niñez y su aplicación judicial. Organismo Judicial, UNICEF. Guatemala.

·         UNAMG, ECAP (2012). Ni olvido ni silencio. Tribunal de conciencia contra la violencia sexual hacia las mujeres durante el conflicto armado en Guatemala.

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